Jean-Baptiste Clamence se presenta como un hombre perfecto en la cima de su carrera y de su vida; la noche en que, desde un puente de Ámsterdam, observa cómo una mujer se arroja al agua y no actúa, su mundo se desmorona y esa caída interior se narra en La caída. A través de confesiones en primera persona y de diálogos con un interlocutor invisible, la novela desentraña la culpa, la responsabilidad individual y la crisis de los valores que sostienen la convivencia, mostrando cómo la introspección puede devenir en sentencia contra uno mismo.
Firmada por Albert Camus, esta obra publicada en 1956, un año antes del reconocimiento con el premio Nobel, representa la tercera gran novela del autor tras El extranjero y La peste; su prosa incisiva transforma la confesión en espejo de la sociedad contemporánea y expone la dureza de una realidad dominada por el absurdo. La caída moral y existencial del protagonista no solo revela sus propias falencias sino que pone en cuestión la libertad, la justicia y la validez de la virtud en un mundo hostil.