Jane Eyre

Las hermanas Brontë marcaron una postura literaria y social que desafió las convenciones de su tiempo; en ese marco se inscribe Jane Eyre, publicada en 1847 bajo el seudónimo Currer Bell y cuya autoría fue finalmente reivindicada por Charlotte Bronte, autora que imprime a la narración una mezcla de intensidad emocional y reflexión moral.

La novela supera el romanticismo al uso para explorar territorios autobiográficos e ideológicos, construyendo a su protagonista como un ejemplo de búsqueda de reconocimiento y autonomía en una sociedad restrictiva. Con una voz narrativa potente y una profundidad psicológica notable, Jane Eyre ofrece una experiencia de lectura que articula crítica social, introspección y tensión moral, manteniendo un vigencia temática que permite acercamientos contemporáneos y lecturas renovadas.