La narradora se convierte en testigo y víctima de un acoso que desborda toda lógica en God of malice, una novela de tensión psicológica firmada por Rina Kent. «He llamado la atención de un monstruo», confiesa, y ese pronunciamiento abre una historia en la que la seducción y la crueldad se cruzan: Killian Carson es un depredador envuelto en el más sofisticado encanto, una presencia fría, manipuladora y cruel que pocos distinguen de su fachada apacible.
La protagonista no buscó el peligro ni lo vio venir, pero lo reconoce donde otros no alcanzan a hacerlo, y esa claridad la condena; huye, aunque los monstruos no dejan de perseguirla. La novela articula una atmósfera angustiante con una precisión emocional que examina el costo de ver la verdad en un entorno que la niega, y plantea preguntas sobre poder, manipulación y la resistencia personal frente a la violencia oculta bajo el encanto.
