Desde sus inicios la psicoterapia quedó situada en un ámbito fronterizo entre la ciencia y la espiritualidad, entendida como el terreno de las prácticas de transformación vital. Esta ambigüedad permitió validar el desempeño de esta disciplina en la sociedad occidental, pero al costo de perder la principal novedad del método para poner en palabras la vida descubierto por los principales impulsores de la psicoterapia. Extrapolando a la terapia el mismo método aplicado en la ciencia y en los ambientes académicos, gran parte de la investigación contemporánea en psicoterapia sostiene que el cambio en las personas es producido por el aumento de la reflexión, la conciencia o el conocimiento de sí mismas. Situando los desarrollos de Freud y Lacan en el marco de la filosofía de su época, Vicente García-Huidobro demuestra aquí que el gran hallazgo del psicoanálisis fue el descubrimiento de un nuevo método de esclarecimiento de la vida, completamente distinto al método reflexivo promovido en el terreno del conocimiento teórico desde la época de Descartes. Esto también habría sucedido en las otras corrientes de psicoterapia, desarrolladas a partir de la crítica al cientificismo e intelectualismo psicoanalítico. Así, sin desestimar los conocimientos proporcionados por la ciencia y la academia, la práctica de la psicoterapia es situada en estas páginas en el contexto de una renovación de la búsqueda de una espiritualidad laica, que parece ser cada vez más urgente en nuestra época y sociedad actual.
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