En este ensayo, Albert Camus aborda la pregunta central sobre el sentido de la vida y propone una respuesta que evita el nihilismo sin negar la evidencia del absurdo. En El mito de sísifo, Camus critica a pensadores como Kierkegaard, Chestov, Jaspers o Husserl por intentar restaurar el significado mediante actos de fe, y defiende en cambio una postura honesta y rigurosa frente a la falta de sentido.
A partir del mito de Sísifo —el rey condenado a empujar eternamente una roca que siempre vuelve a caer— Camus construye la figura del «héroe absurdo», consciente de la futilidad de sus actos pero decidido a vivir con integridad. La obra no oferta una solución metafísica al absurdo, sino una ética práctica fundada en la rebelión, la libertad y la pasión: actuar y pensar con plena autonomía, asumir la condición humana y perseguir la vida con intensidad intelectual y emocional.