La novela examina con penetrante lucidez las tensiones interiores del individuo contemporáneo; en ella, El lobo estepario se presenta como un viaje a los temores, las angustias y las dudas que confrontan a quien busca vivir al margen de las convenciones sociales. Hermann Hesse despliega aquí una voz narrativa intensa que alterna registros y perspectivas para dibujar la complejidad psíquica de su protagonista y la fractura entre humanidad y animalidad.
La pericia narrativa alcanza en esta obra un punto culminante: la combinación de distintas voces y puntos de vista multiplica las dimensiones del personaje y amplifica la sensación de desarraigo y conflicto interno. Esta obra conserva su potencia reflexiva y emotiva con el paso del tiempo y se inscribe en una trayectoria literaria que, junto a la reciente aparición de sus «Relatos esenciales», confirma la capacidad de Hesse para provocar lecturas profundas y continuas reinterpretaciones críticas.