A través de instrucciones lúdicas para preparar la hora de dormir, El cuento de buenas noches más corto de la historia reinventa la lectura compartida entre adultos y niños. En apenas «diez palabras» cada relato concentra humor, ritmo y sorpresa: los oyentes deben calentar la voz, mullir las almohadas y no saltarse ni una sola palabra para disfrutar plenamente del efecto dramático del cuento.
La narración incluye no uno sino dos cuentos de «diez palabras», y las ilustraciones de la ardilla aportan una segunda historia paralela que amplía la experiencia visual y narrativa. La autora Kate Hindley juega con el formato y el ritmo para convertir la brevedad en un recurso expresivo: texto e imagen dialogan para crear una pieza ideal para quienes buscan una lectura breve, ingeniosa y llena de encanto al cerrar el día.