La mañana siguiente a la gala anual de la Sociedad para la Conservación de Venecia, Gabriel Allon, restaurador de cuadros y espía legendario, entra en su cafetería favorita de la isla de Murano y encuentra allí al general Cesare Ferrari, comandante de la Brigada Arte, que espera ansioso su llegada. En El coleccionista, Daniel Silva plantea el hallazgo de una cámara acorazada secreta en una villa amalfitana: un marco y un bastidor vacíos cuyas dimensiones coinciden con las del cuadro desaparecido más valioso del mundo, y encarga a Allon la búsqueda discreta de la obra antes de que su rastro se pierda definitivamente.
La novela combina la precisión de la restauración pictórica con la tensión del espionaje internacional, desplegando escenarios que van de Murano a la costa amalfitana y personajes cuya lealtad es siempre una incógnita. El ritmo ágil, la documentación sobre el mercado del arte y la pericia operativa de Gabriel Allon conforman una lectura intensa y envolvente, donde cada descubrimiento amplifica las implicaciones éticas y políticas de proteger el patrimonio cultural frente a intereses oscuros.