A través de una narración que combina precisión histórica y evocación, El asesinato de Julio César presenta un retrato vívido del poder, la traición y las contradicciones personales que rodearon la caída de César. Lejos de limitarse a la cronología de los hechos, este texto reconstruye la presencia pública y privada del protagonista, ofreciendo detalles que iluminan su carácter y el clima político de la Roma tardorrepublicana.
La mirada de Suetonio aporta una mezcla de observación minuciosa y juicio moral, traducida en descripciones que van desde la apariencia física hasta los síntomas más íntimos: «Según se dice, era de elevada estatura, de tez blanca, de miembros torneados, de anchas quijadas, de ojos negros y vivos y de robusta salud, aunque al final de su vida le sobrevenían desmayos repentinos y espantosas pesadillas». El resultado es una obra que permite comprender no solo la secuencia del magnicidio, sino también las tensiones humanas que lo hicieron posible, con un lenguaje que conserva la autoridad de la tradición clásica y la claridad necesaria para el lector contemporáneo.