Probablemente la novela más juvenil jamás escrita por un anciano, es el más perfecto ejemplo de la ironía que caracteriza buena parte de la obra de Thomas Mann. A tenor de esta concepción estética de la vida, las trampas, los robos y las imposturas acaban no sólo por justificarse, sino incluso por constituir un estilo de vida de moralidad irreprochable.Thomas Mann, autor de obras tan profundas y reflexivas, como "La montaña mágica", "Muerte en Venecia", "Doktor Faustus", "Los Buddenbrook", legó; a la posteridad una última novela desconcertante, irónica, burlona y probablemente una de las más sagaces y divertidas de todos los tiempos, sin rebajar un ápice su exigencia literaria. Probablemente, no hay modo más divertido de acercarse a este gran clásico de la literatura universarl que leyendo esta novela.
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