Un viaje desde la curiosidad infantil hasta lo absurdo más ingenioso: al adentrarse en Alicia en el país de las maravillas el lector acompaña a una niña que, harta de la rutina, persigue a un conejo blanco hasta un mundo donde las reglas se trastocan y la lógica se convierte en juego. Esta narración despliega personajes y escenas sorprendentes —orugas que fuman en pipa, gatos que se desvanecen, celebraciones de no cumpleaños y reinas que dictan sentencias drásticas— y recupera la intensidad visual que distingue a la obra en sus distintas ediciones.
La edición presentada se vincula con la tradición gráfica de Lewis Tenniel, lo que aporta matices iconográficos que enriquecen la lectura y amplifican su carácter lúdico y subversivo. Desde su aparición en 1865 la obra ha dejado una huella profunda en la literatura y el cine, y su presencia constante en bibliotecas y colecciones demuestra su capacidad para interrogar la identidad, la lógica y el lenguaje mientras entretiene a lectores de todas las edades.